Qué cosa hermosa
olvidarme de ser
en el vericueto
que me permite
el espacio que hay
en el valle carnívoro
que habilitan tus
caderas en flor
Locos los dos
los dos locos.
dormidos de tanta
colorida música
que rebota allá
donde nacen
impávidas esquinas
y sobornan sonrisas
Darme vuelta despacio
para oír tu risa
presa de ocurrencia,
comentario al paso,
pensamiento libre
que siempre alojás
con respuesta justa
innata irreverencia
Me deslumbró y toco
mojado para adentro,
con aceite en la saliva,
a ver si zafa la rosca
porque me tiene bobo,
con los ojitos cerrados,
que tengas tanta vida
agarrada de las pestañas.