Desde el fuego, te escribo desde el fuego,
como la acidez del lunes, te estrangulo
las ganas de respirar de corrido
recorrido ascendente, de ansioso
de persona que no sabe de impulsos, porque es el río.
Sus guantes, como dos cuerpos que cabían a la perfección donde el cuero se estremece contra el cuero, blancos de apasionados, dos cuerpos apasionados, húmedos. encajaban como un Tetris curvo.
Emoción radioactiva.
Vibrante en el nanotúbulo
Creyente arrodillado, portabas la inocencia que te volvía impune de hacer lo que quisieras, de tontear con los dioses.
La muela se desencaja.
La cabeza despega.
“Cerrar los ojos, la ultima frontera”.
Donde un bombo marca el ritmo del consumo de combustible.
La lucha retoma su pulso desgastante. Es una guerra.
de un pie separado 5 centímetros del suelo
de montañas de palabras atoradas
un edificio atrás de otro
Torres, y más torres.
Que termine la demagogia de la horizontalidad. Que el mundo sea de vanguardia.
Así será de Girondo.