De grandes infiernos personales,
y pequeñas apariciones en la mesita de luz.
Viajes en grises trenes
y temblorosos accesos a Existencia.
Refriego la cabeza contra la almohada,
dejando solapadas unas pujantes ganas de verte.
Pañuelos que sobresalen del bosque,
entre los extraviados retazos de semillas.
Entre el eterno retorno
Eu faço o que posso
Mi manchi così tanto il mio caro
How i wish you were here
Estoy hecho un patchwork un tanto animal
que decide salir a buscar canciones.
Medio torpe, medio avivado,
me tropiezo y me dejo levantar.
Entre algunas luces y algunas faltas,
una castración no del todo resuelta.
Vuelven a haber vías, hospitales,
azulejos blancos y frazadas
Hay voces, algunos ruidos, sueños,
olor a provoleta cocinada a la hornalla.
Disección de las partes, compañía y
una cuerda en Sol que me ata las muñecas.
El torno gira y las virutas saltan.
El Objeto comienza a tomar forma.
sacar filo.
brillar al rojo.
Una historia de una ida y una vuelta.
Una canción de los beatles.
el hijo de satanás de bukowski.
I can’t get no satisfaction.
Esto ES lo que está bien. De Lacan al Rock’and’roll al tren a Zarate. Todo desde una pequeña voz del mundo: qeu canta lo suyo como canta el universo con el. Recibo la fluencia de un aventurero, un humano, perdido en expresarlo todo e igual dandole como un toro. Y he ahi mi identificación y mi placer al leer las lineas: por que como el quijote destacas (o eso se me ocurre interpretar a mi fumando un pucho) la confusión hermosa y terrible con la que vivimos.
P/D: Olor a provoleta cocinada a la hornalla es la ternura misma.