Lo ultimo que supe es que te habías subido a un avión. Te habías ido lejos.
Cómo no recordar a Girondo, repiqueteándome las sienes con su espantapájaros. “No les perdono, bajo ningún concepto, que no sepan volar”. Y te fuiste, como un papelito que se me escapó del bolsillo. Porque era la naturaleza del papelito volar al ritmo del viento. Alejarse. Ser parte del todo, inamovible, omnisciente, imprevisible.
Continue reading “[Buenos Aires – Reino Unido] 16-8-18”